Las plantas cuya esencia es picante, tienen el poder descongestionante, purificador y destructor de parásitos y bacterias. Hay bacterias resistentes a ciertos antibióticos, pero
Podemos probar con la ingesta de jugo de berro, ajo, rábano, cebolla, repollo. Para el uso de anamú, ají Caribe o picante, pimienta etc…. Debemos consultar a un médico para conocer la dosis adecuada.
El ajo mata parásitos intestinales. Dicen algunos oncólogos que precisamente un parásito
Intestinal provoca el cáncer y que ese parásito se puede eliminar. El ajo masticado limpia las
Vías respiratorias, elimina el resfriado en la cabeza, mata las caries dentales (es recomendable cepillar sus dientes antes de que se formen placas dentales). Regulariza la presión arterial. Su elemental defiende a las personas de malas energías, hay quienes lo llevan consigo para tener desenvolvimiento económico. Es uno de los principales ingredientes en la cocina, su
sofrito tiene una esencia deliciosa. El ajo pequeño criollo es bien fuerte, este es más recomendable para el tratamiento.
El repollo y todas las coles ayudan a formar los órganos sexuales de los individuos además de fortalecer el cabello. Un jugo de repollo cura la úlcera o gastritis estomacal.
El berro, rábano y cebolla son ricos en Yodo, el cual es imprescindible para que la toroide funcione correctamente.
Según los seres humanos tienen familias, las plantas y todo lo creado tiene una familia.
Las plantas que son picantes, son parientes.
Ellas tienen una misión aquí en el planeta, defender los seres macrobióticos de los microbios.
Licda. Maritza Mata.
